Dias 11 y 12: Belgrado y vuelta a casa

En esta entrada no tengo apenas fotos y tengo poco que contar. Cogimos el tren  Belgrado con la idea de pasar una noche allí, en mi ciudad favorita. Todo para hacer de puente en el camino de vuelta a casa.

Siempre me ha gustado esta ciudad. Cuanto me gustaría vivir en ella..

Nos quedamos en el hostel mas barato que nos encontramos pero no por ello el peor. La noche salia en unos 6€ y se llama "good morning" lo unico algo aleado del centro pero válido como el solo.

A la mañana nos dedicamos a hacer el free tour de la ciudad pues la primera vez no lo hice y se contaban cosas tan interesantes como que en un puente que estaba en pie en plena guerra la gente se ponía encima para protegerlo y no dejar ala ciudad sin entrada ni salida. Por otro lado vimos las celebraciones de fin de curso de los institutos, es como si en España contrataran a una charanga en el patio y todo el mundo estuviera de fiesta. Todo ello salpicado por mujeres servias por supuesto, las a mi parecer más guapas de todo los balcánes.

Ojo con el viaje en tren desde Sarajevo por que el tren sin que te lo digan pasa por territorio croata, donde no alcanza el balkan flexipass y tuvimos que pagar unos 10€ por persona or el trayecto (10€ que obviamente se quedarían en el bolsillo del revisilla...). Claro coincidimos de nuevo con los turcos que se quedaron varados en el paso por Croacia de camino a Mostar, aquí los pobrecillos suplicaban para que los dejaran pasar con el pretesto de que no iban a quedarse en Croacia... En fin, como dije la primera vez, las fronteras no molan, son cosas de políticos no de personas de a pie.

En el free tour nos hablaron del banco nacional servio donde si entras puedes hacerte un billete con tu geta. No podíamos perder esa oportunidad..

Y nada más. con eso terminamos nuestro viaje, cogiendo el tren a Bucarest. Donde conocimos a más gente y tuvimos la "suerte" de ver por fin alguna detención en las fronteras. Dos abuelillas por contrabando de tabaco, llevaban para montar un estanco fácil..

Y con esto termina si cabe el mejor viaje que he podido hacer en mi vida y si todo va bien, desde luego no será el último. Tantas anécdotas e historias, tanto he aprendido de todo que lo único que tengo es hambre para seguir viajando y aprender algo nuevo de cada persona que me encuentre en mi camino.. No se viaja por lo bonito, si no por el camino que te encuentras.